Y el Staples gritó: Kobe, Kobe, Kobe...

Faltaban pocas décimas para acabar el 3er cuarto de un partido que iba a pasar a la historia, el Staples ya hacía rato que estaba en pie. Kobe, como casi durante todo el partido, recibio la pelota en la línea de tres, los segundos caían como copos de nieve, lentos, todo parecía que iba a cámara lenta, se levanta Kobe desde los 7 metros, y el triple entra. El Staples estalla en una emoción poco lógica para el final de un 3er cuarto.

Parecía una final, un tiro de estos que dan una victoria, que dan un anillo, que dan la gloria. Pero los aofrtunados que estaban en el Staples, sabían q dentro de ellos había crecido algo durante el partido que sólo se podía manifestar de esa forma. Mientras, Kobe saltaba como si hubiera ganado el partido, agitaba los brazos arriba y abajo, y parecía que el último cuarto no se fuera a jugar. Que más daba? pensaría más de uno en el Staples, ya hemos disfrutado suficiente. Todos cambiaban las miradas, que iban desde un Kobe que seguía agitando los brazos, al marcador que marcaba un resultado más que historíco, pero no por la victoria abultada de los Lakers frente a unos desquiciados Mavs, si no más que nada pq el casillero del jugador 8 dorado, ponía 62 y el total de Dallas ponía 61. Increible, pero cierto.

El Staples estaba entregado, los jugadores de los Lakers felicitan a Kobe como si éste hubiera métido la canasta que da la victoria, todo el mundo estaba enloquecido. Kobe se quedaba un poco atrás de sus compañeros, que iban al banquillo a descansar para afrontar el último cuarto. En este momento Kobe puso su mano en la oreja, casi en medio de la pista, para oir lo que la gente ya llevaba rato diciendo y el Staples gritó: Kobe, Kobe, Kobe...

Al partido le faltaba un cuarto, pero que más daba, después ver lo que se vio...

Pregunta de la semana: Cuantos hubiera metido si hubiera jugado el último cuarto?

In The Ghettooooooooooooooooooooo!